En esta ocasión es necesario nos dirijamos, como siempre ha debido ser al dueño y Creador de nuestras vidas.
Primeramente quiero pedir disculpas al Padre Celestial y a nuestros lectores, por haber dejado de escribir por tanto tiempo.
Gracias Señor por entender nuestro sufrimiento, por haber nacido en un cuerpo humano y experimentar el dolor de perder a tus seres queridos, así sucedió cuando su amigo Lázaro murió, registran las escrituras que “Jesús lloro”
Gracias Señor por acompañarnos en esta peregrinación por la vida, El Señor ha prometido que estará con nosotros hasta el final del mundo.
Gracias Padre por haber proveído a tu Santo Espíritu para que nos ayude y consuele en esta carrera, para llegar a la meta.
Gracias Padre Bueno por habernos dejado tu Santa Palabra para que por tu verdad seamos apartados para ti, santificados para
Gracias Rey de Justicia, por haber dejado voluntariamente tu Gloria y haber entregado tu vida, para que nosotros pudiéramos vivir eternamente.
Gracias Señor por ser nuestro Padre y amarnos, haciéndonos dignos de la vida por tu amor, por tu amor sin condición que aun sin merecerlo es real.
Gracias por habernos buscado y darnos el querer tomar tu mano cuando nos encontraste.
Gracias por llenar nuestra vida con tu paz, la cual no depende de la situación en que nos encontremos, sino de tu gracia y favor, y de la confianza que tenemos al saber que no estamos solos, sino que tu mano nos guía a puerto seguro.
En respuesta a tus maravillosas obras, solo puedo decirte que te amo y que espero entenderte y conocerte, porque se que me resta largo camino para aprender de ti, y te pido tu ayuda para aprender a obedecerte y reconocerte en todos mis caminos para que tu puedas enderezar mis veredas completamente.
Y a nuestros amigos lectores, les recuerdo que si aun no tienen su salvación por gracia, este es el día de Salvación que El Señor creo, pueden entrar confiadamente al trono de la gracia, orando de la siguiente forma: Amado Jesús, reconozco que tu ofrendaste tu vida, para quitar mi pecado, y limpiarme de toda maldad, por tu amor perdóname y enséñame a vivir rectamente, gracias por escribir mi nombre en el libro de la vida, en tu Santo nombre oro, amén.
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