Monday, November 27, 2006

Cómo pedir


La mayoría del tiempo hermanos, pedimos fuera de la voluntad de Dios, cosas vanas, y es por eso que dejamos de confiar en Dios. Como si el no tuviera poder, para darnos todas las cosas, mas abundantemente de lo que pedimos.

Me llena de gozo, ver como el Rey Salomón, con su juventud y falta de experiencia, pidió a Jehová Dios, sabiduría, en lugar de riquezas y larga vida. Debe ser para nosotros un ejemplo digno de imitar. Es bueno notar que Dios le ofreció a el que le cumpliría su petición. Pero veamos como vivía el, dice la palabra que David era conforme al corazón de Dios, o sea que lo agradaba, y también dice que Salomón su hijo, andaba en todos los caminos de su Padre. Esto nos deja en claro que para que Dios nos conceda lo que le pedimos debemos vivir en reverencia y obediencia, conformes a su corazón. Y para eso hermanos, tenemos la mejor ayuda:

Filipenses 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

De nuevo se cumple toda la profecía, ¿Quien vino a reconciliarnos con el Padre?, ¿Quien no estimo su vida, como cosa a que aferrarse, para pagar por nuestras faltas?

Amados hermanos, Jesucristo es nuestro único redentor, podemos confiadamente pedir como conviene, con la guía del Espíritu Santo, y arrebatar otra promesa de nuestro Señor Jesús, y todo lo que pidáis en mi nombre os será concedido, dijo Jesucristo.

Dice la palabra que no sabemos pedir como conviene, pero allí esta el consolador, pidiendo por nosotros con gemidos indecibles, por todo aquello que es digno, que nos conviene, y que si somos obedientes al Señor, dentro de la gracia de Jesucristo, sabremos pedir y recibir. Alabado y exaltado sea el nombre de Jesús por eso, no cabe duda de que Jesús es el Señor, y de que Dios le resucito de entre los muertos para vencer a quien era invencible, a la muerte, para que nosotros, que hoy somos linaje escogido y pueblo Santo, vivamos confiados en nuestra vida eterna, que es por gracia, don de Dios, quien pago en Cristo Jesús con su sangre preciosa, cordero sin mancha, nuestras numerosas transgresiones.

Si quieres recibir a Cristo como tu Señor y Salvador en esta hora, di en voz alta esta oración: Reconozco que soy pecad@r, que Cristo murió por mí para limpiarme de mis pecados, y que Dios le resucito de entre los muertos, reconozco a Cristo Jesús, como mi único Señor y Salvador. Cree esto hermano y veras como Cristo termina en ti la buena obra que hoy ha comenzado. Este es el día de Salvación que para ti creo el Señor.

Les amo en Cristo.

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